Fernanda Zárate Reyes
Psicoterapeuta y sexóloga
30/06/2014
Los derechos humanos son sus derechos. Tómenlos. Defiéndanlos. Promuévanlos. Entiéndanlos e insistan en ellos. Nútranlos y enriquézcanlos. Son lo mejor de nosotros. Denles vida.
Kofi Annan
Cada 28 de junio participo y apoyo las demandas sociales que se pueden advertir en la marcha que se da sobre las principales calles de la Ciudad de México entre colores, disfraces, ropa interior, desnudez y, desafortundamente, algunas personas bajo los influjos del alcohol o las drogas. ¿Pero que se conmemora, denuncia o apoya?
En medio de
este evento, que para algunas personas parece un carnaval y para otras una
fiesta en dónde lo que importa más es pasarla bien, conocer gente o sentir que
es el día en que soy visible, la verdadera intención es poder proponer nuevas
posibilidades o hacer un cambio para la comunidad Lésbico-Gay-Bisexual-Transgénero-Travesti-Transexual-Intersexual
(LGBTTTI).
El Día del orgullo gay se celebra en México desde hace 35 años para promover la visibilización, tolerancia y aceptación de esta comunidad, aunque con el paso de los años se han sumado otras causas, como la igualdad de derechos para todo el mundo sin importar su preferencia genérica.
La historia
del surgimiento de este día se remonta a
la ciudad de Nueva York en 1969, cuando la policía realizó una redada en un bar
de “ambiente” llamado The Stonewall Inc.
haciendo abuso de su poder y, por ende, violando los derechos de los clientes
que se encontraban en el recinto. Se dice que esta acción se debió, en gran
parte, por la poca tolerancia que tuvo la autoridad respecto de la preferencia
genérica de los clientes. Estos disturbios marcaron el punto de partida para
que las personas homosexuales buscaran la forma de ser escuchadas en la defensa
de sus derechos humanos, además de hacer visible todo aquello que no era
considerado “normal”, “bueno” o “correcto” dentro de nuestra sociedad.
Se llama Pride u orgullo justo por eso, porque se
trata de sentirse personas orgullosas por ser quienes son, por aceptarse, por
defender lo que les gusta, lo que sienten
y tratar de ser congruentes con ello.
Aprovecho
estás líneas para invitarte a que reflexionemos de forma conjunta respecto de
este día, retomemos su esencia y, en algún momento, podamos salir hombro a
hombro a sumarnos en la defensa de nuestros derechos más allá de la
preferencia. Y para eso no basta con recordar y celebrar que todo inició por un
acto activista, también habrá que trabajar por aumentar nuestra empatía y
solidaridad puesto que a todas las personas nos concierne procurar la
inclusión, integridad y bienestar de cualquier persona. Tú puedes ser quién marque
la diferencia.
Fernanda Zárate Reyes
Psicoterapeuta y sexóloga
www.centroliber.com
muy bien dicho Fernanda Zarate! gracias!
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